lunes, 19 de julio de 2010

Mi bandera-Yahveh Nissi

Siempre quiero escribir cosas que no sólo reflejen lo que siento en algún momento sino que le aporten a la vida de los demás. No busco siempre que todo sea demasiado profundo, quizás me enredo más en algunos detalles que en los grandes dilemas existenciales (hmm...o no, a saber).
Creo que si uno goza de alguna facilidad debe ponerla a la disposición de los demás, no envanecerse y jactarse por ella, sino emplearla con algún fin, pues por ello le ha sido dada.
Espero que mis propios errores sean un buen retrato de lo que NO se debe hacer delante de los ojos de los demás, con el fin de ahorrarles las penas que ya a mí me ha tocado sufrir (no han sido tantas...pero las ha habido).
Escribo mucho sobre Dios porque en verdad Él ha sido siempre mi gran pasión. Es verdad, no soy perfecta, es más, lejos de serlo...para ser honestos. Puedo fácilmente reconocer mis defectos y estoy en un proceso de cambio en el cuál muchas de las cosas que he querido omitir, con el ánimo de no pelear conmigo misma, se están revelando descaradamente delante de mis ojos. En verdad hay cosas con las cuales ya convivía que no me son más útiles.
Sin embargo al final del día no me cabe la menor duda de que es Él por quién y para quién vivo. Yo ya no estoy buscando una razón para mi existencia, porque en Él descansa la mía. No tengo por qué esforzarme con Él, porque desde hace mucho tiempo a Él ya le agradé. Muchas veces sólo veo lo presente, pero el ya vio lo final, y en verdad eso me da TANTA paz. Vaya, en verdad no tengo idea de dónde estaría sin Él.

Eventualmente todo lo que diga o haga necesariamente llegará a Dios como conclusión. Él siempre ha permanecido, es mi principio y será mi eternidad. Nunca he encontrado una serie coherente de palabras que detallen en la magnitud merecida lo que Dios representa en mi vida. Siempre se han quedado cortos mis versos, simples mis oraciones, vagas mis descripciones, cuando de Él se trata.

No puedo no hablar de Él porque sobre Él se sustenta mi vida. En verdad no existe nada coherente en mi mente sin Su presencia en alguno de mis pensamientos. Él es más real que yo.
Todo se remonta a Él.

Muchas veces fui su hija secreta, queriéndolo pero a escondidas. Ya no hay eso en mí. Ya no puedo ocultarlo y no pienso hacerlo, no quiero, no me nace. Vaya, todos van por la vida declarando su amor eterno a personas llenas de errores, a ideologías huecas y falsas, a simples y llanas ideas. Es momento de declarar mi amor por Dios Padre quien es el único ser en toda la existencia que ha sido capaz de adjudicarse así mismo el título de ser por ser. Es quien ha sido por sí mismo. Siempre ha sido así y siempre lo será. Es momento de declarar libremente lo mucho que YO amo a Cristo, quien su vida en verdad dio por mí, buscando y logrando acercarme a Él únicamente por medio de su amor...en verdad sin necesitarme a mí de alguna manera.
Quiero en verdad afirmar mi certeza en el poder del Espíritu Santo. Esa tercera persona a través de la cual se hacen efectivas las bendiciones mandadas desde antes de la formación del mundo para los míos, para mí. Esa persona que cambia los corazones más resentidos en fuentes de perdón y amor; es fuente de paz y sabiduría eternas, mayores a cualquier conocimiento habido y por haber.

Si me conoces necesariamente hablaré de Dios. Para algunos quizás esto sea muy incómodo, quizás hasta de locos, para otros a lo mejor resulte renovador y hasta edificante, sin embargo, independientemente de los sentimientos que despierte en los que me rodean, así he decidido que sea y declaro que así será.
Deseo que lo que hay en mí hable mucho más fuerte que yo, anhelo que lo que se ha instaurado en mi corazón grite mucho más fuerte que todos mis defectos aquél amor perfecto nacido en mi interior.
Quiero que la vida de los que me rodean en verdad sea mucho más fácil, sin embargo soy consciente que el ÚNICO que puede hacer una obra buena y duradera en la vida de ellos es Dios...las personas somos medios.
Estaré cuando me necesites y buscaré darte el bien que esté en mis manos...en verdad le clamo a Dios por el bienestar en tu vida.

La fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, y esta empieza a ser mi bandera.