miércoles, 22 de abril de 2015

Cuántas veces tendrá uno que escribir una misma historia

¿Alguna vez te has preguntado cuántas veces será necesario escribir una historia hasta que salga bien?
Cuantas ediciones, re ediciones, composturas, rupturas, reparaciones, reacciones...Creo que una buena historia debe tomar mucho tiempo en escribirse y jamás estará perfecta a los ojos de su autor, ¿cierto?
A veces los autores no alcanzan a terminar de escribir sus historias y las dejan truncas en algún lugar del olvido. A veces ni sus familias las alcanzarán a leer...
A veces llegan a nacer pero son tan mal concebidas aquellas historias que terminan siendo uno de esos libros que nadie decide si quiera abrir por accidente.
A veces pasan por las casas editoriales sin pena ni gloria y ocupan uno que otro estante de cualquier casa en una ciudad.
A veces trascienden de tal forma que se convierten en best sellers o en premios Nobel
A veces son tan complicadas que sólo unos pocos aprenden a leerlas adecuadamente (si sabes, de esas historias que en su versión explicada requieren 10 notas por página que ocupan la mitad del espacio, y que requieren de diccionario para poderse leer bien).
Estoy pensando mucho en por qué Dios tendrá esa necesidad de renovar su misericordia todos los días. Quizás tiene justamente que ver con este proceso de creación literaria que es nuestra vida...antes de salir a luz, deberá enfrentarse con miles de pequeñas correcciones.
Hay vidas simples que pasan sin pena ni gloria, hay vidas que trascienden en algunas otras y dejan alguna huella. Hay vidas destinadas a ser dramas y otras parecen comedias. Hay vidas que son tragicomedias. Hay vidas casi perfectas y vidas condenadas desde el principio a la infelicidad. Sin embargo, para todo tipo de vidas hay misericordias nuevas todos los días...como para todos los libros hay las ediciones necesarias y mejoradas periódicamente.

Cuántas veces tendrá que editar Dios mi historia hasta que salga como Él tenía planeado?


lunes, 12 de enero de 2015

El gris junto al negro se ve claro...

Cada cierto periodo de tiempo, hago consciente o inconscientemente una revisión de mis acciones. Conforme elaboro mi reporte mental, me doy cuenta de mis fallas, mis logros y la ausencia que tengo de propósito en este momento en particular. Me doy cuenta que nuestra condición por naturaleza nos facilita enormemente encontrar justificación de nuestras decisiones y acciones malas en el erroneo comportamiento ajeno. Siempre es fácil exaltar mi mediocridad comparándola con la estupidez del vecino. Todo gris al lado de lo negro siempre se verá claro...
Esta mañana estaba leyendo un versículo en el libro de Daniel que me ha dejado pensando: "El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz."


Sólo existe un ser capaz de evaluar y entender lo que está en tinieblas sin formar parte de ellas. Sólo Él puede evaluar nuestras verdaderas intenciones y no lo podemos engañar de ninguna manera. Qué tan increíble poder ha de tener Dios para presenciar lo oculto y entenderlo, sin ser partícipe de ello. Porque lo oculto atrae, si no, el infierno estaría desocupado.


A veces es tan sencillo culpar a los otros por nuestra consciente decisión de pecar, o por otro lado, caer en tristeza y autoconmiseración ocasionada por un casi arrepentimiento, disfrazado remordimiento, para evitar cambiar nuestro comportamiento. Todos estos nuestros los puedo hoy sustituir por mis.


Es fácil no cambiar, es bastante cómodo. Es fácil no arrepentirse. Es fácil sólo sentirse mal y hacer nada al respecto. También es fácil irse al infierno supongo...por eso la mayoría llega allá? "Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan" dice Mateo 7:14


Quizás hoy estoy en no mi mejor día...porque me doy cuenta de lo mucho que me falta para ser. Llevo mucho sin tener una convicción arrolladora de algo...y siempre es bueno tener una convicción así, te hace llegar más lejos, lo que sea que eso signifique.


El punto es que, el versículo aquél que dice que si no nos hacía morir no nos acercábamos solícitos en búsqueda suya hasta ahora vuelve a tomar sentido. Todos los días de alguna manera uno se muere un poco, todos los días Dios nos hace acercarnos a Él, porque no tenemos idea.



lunes, 23 de septiembre de 2013

24 el 24

Consideré apropiado escribir hoy, ya que una vez en la vida uno cumple los mismos años que horas tiene un día o que el día mismo de su nacimiento. A casi un cuarto de siglo uno empieza a ponderar, a sopesar las decisiones tomadas hasta el momento y a, quizás lamentablemente, compararse con la media de aquellos que tienen una edad semejante a la propia. Puedo ver que tengo unos años más que Milley Cirus, por ejemplo, la misma edad que Piqué, el sr. de Shakira. Ya estoy llegando a esa edad en la que las reinas de belleza dejan de ser tomadas en cuenta para participar en aquellos concursos, o se ven medio "viejonas". Ya me di cuenta que en definitiva no soy un genio para la música, las matemáticas, cualquier trabajo que involucre fuerza y destreza, ni los idiomas. Ya sé que por más que me encanta cantar, no me tocó ser Christina Aguilera, y por más que me guste bailar, no formaré parte de ninguna compañía de ballet internacional. Lo más importante que he aprendido es que cada vez que creo que sé algo sobre la vida, Dios me muestra que no tengo ni idea..."Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin."
24 son las horas de un día, 24 es el día que Dios designó yo naciera, 24 son los años que cumplo.
Ya siendo más seria...he comprendido que no habrá dinero que me haga feliz, pues también he visto que por mucho que uno tiene, parece que le falta y va por más. Veo que mis posesiones jamás me harán mejor o peor persona, sin embargo lo que hago con ellas sí puede hacer una diferencia. Entendí que lo que uno hace por otros y quizás para uno puede no representar mayor esfuerzo, puede potencialmente marcar la vida de esos otros (un abrazo, una sonrisa, una palabra de aliento en un mal día, por ejemplo).  He entendido que el amor como me lo vendieron no existe, pues no llega porque sí, de forma gratuita, sino que requiere y representa un esfuerzo importante de dos destinos que deciden aliarse y unirse para enfrentar un futuro incierto pero junto a brazos conocidos y ciertos. Comprendo que aunque mis padres no son perfectos, son la mejor decisión de Dios para mi vida en tal menesteroso rol. Entiendo que si bien a veces no comprendo a mi hermano y quizás son muchos los años que nos separan, sin él mi vida no tendría un sentido. Por otro lado, he entendido que la violencia no es culpa de la droga ni de las armas, sino de la indiferencia de las personas, la falta de duelo por lo que es de uno (su país), la negligencia de las autoridades (la corrupción) y el poder de tres sujetos con infulas de Pablo Escobar que manipulan a una sociedad aletargada (por medios que hipnotizan) y sin ganas de hacer nada por sí misma. Esto lo he aprendido tanto de Colombia como de México. En los últimos 10 años de mi vida, he aprendido que la hospitalidad no es una excepción, sino la regla. He aprendido a comer quesadillas de queso, y quesadillas de champiñones, he reemplazado las arepas por gorditas y el ají por pico de gallo (aunque no sea tan fan de estos dos últimos). He entendido que si uno quiere estar cerca de alguien, va a buscar la manera, sino, no. Entendí que por más diplomas que uno tenga, como alguna vez oí a alguna profeta decir, "conocimiento que no ejerces, no te pertenece". 
He aprendido muchas cosas, todo lo que sé lo he aprendido en estos últimos 24 años...jajaja, pero ya veo que la vida no me alcanzará para discernir si quiera todo lo que se puede conocer en esta tierra. 
Sin embargo no me molesta. Creo que he comprendido bien mis restricciones en medio del mundo en el que me correspondió vivir. Y me hace feliz el saber que en todos estos 24 años ha habido un Dios poderoso guiando (a veces a la buena, a veces no tanto) mi manera de andar. De alguna forma, Dios ya me ha permitido trascender. Y no por ser la mejor en algo delante de todos, la más rica del mundo, la más inteligente (lo que ya había establecido antes, jajaja) sino porque en un momento Dios me usó para mejorar la vida aún que sea de una persona. Con una persona que uno consiga alegrar, ayudar o cuya vida pueda facilitar, ya hubo trascendencia, ya no pasó uno de noche en este planeta.
Y eso me gusta de cumplir 24 años. Vamos por unos 90 más, mínimo :p 

miércoles, 12 de junio de 2013

Pensando en canciones

Por motivos que aun no entiendo, quizás Dios sabrá, hace poco empecé a aprende a tocar el piano...o su pariente lejano y no tan elegante, el teclado. El objetivo inicial es que aprenda a tocar alabanzas y adoraciones, y las he tocado, pero también he tocado otras cosas.
En mi búsqueda dentro de las alabanzas actuales, temiendo un poco ofender a cualquier músico que se respete, llegué a encontrar que la mayoría de las alabanzas y adoraciones que más me han acercado a la presencia de Dios o por lo menos, que así lo he sentido, están asentadas sobre bases sencillas de 4, 5 o a lo sumo 6 acordes.
De hecho las que más me han hecho sentir pequeña al lado de Dios constarán de 3 o 4 acordes. Y eso me parece maravilloso, porque sé que estoy a penas aprendiendo y que de verdad casi no sé nada de música, pero no por eso no puedo inventar algo para Dios y por un instante sentir que le estoy cantando al oído en simples notas cargadas de agradecimiento, sentimientos encontrados...
Hay mucho que me falta aprender de música, no por nada habrá gente que pasa su vida entera aprendiendo de este tema...sin embargo la noción de que sólo 3 acordes me permitirán entrar o acercarme un poco a la presencia de Dios me satisface mucho. Entiendo que no en la abundancia de las progresiones y complejidades en inversiones está la presencia de Dios, sino en la verdadera intención del corazón. Así que entiendo que adorar a Dios no es complejo, lo único que Él busca es adoradores en Espíritu y Verdad. La música es el acompañante, pero jamás el protagonista.
Si uno tiene la posibilidad de adorarlo debería, porque trae una convicción, un sentimiento, una firme noción de que las cosas simplemente están bien y lo van a estar. De que la audiencia siempre estará satisfecha, porque Él es la audiencia. De pronto las armonías, los relativos, los ritmos, tienen un sentido. Nada es tan simple y a la vez tan complejo.


domingo, 10 de febrero de 2013

Evangelio culpable

Quizás el pecado de muchos, que con afán de seguir la voz de Dios han complicado la llegada de otros tantos delante de Él sin involucrarlo mucho, ha sido dejar muchos de los conceptos que fueron la base de la Fe en Jesús como abstractos. Nos hemos quedado en un evangelio completamente teórico y muchas veces etéreo, hermoso en sus palabras pero vacía en su practicidad. Como una buena clase de filosofía. Como una conversación con un psicólogo. Pero la gente no necesita más teoría. Ya la tiene, en todas partes. En los programas, en sus hogares, en la radio...tenemos motivadores masivos. Y tantos domingos escuchamos hablar de los milagros de Jesús, y más de una vez habremos oído el "y ustedes harán cosas mayores", promesa que Dios dejó en sus deseos. Pero escasos son los que hacen caso de esa verdad. Y aunque ahora no creemos en que Dios sólo nos premia si hacemos bien o castiga si hacemos mal, y aunque ahora de hecho sabemos que somos hijos de Él y que tenemos acceso a todas sus promesas, palabras de vida, bendiciones...seguimos en una etapa completamente discursiva de nuestras convicciones. No hemos sido lo suficientemente seguros como para ejecutar sus instrucciones y hacer milagros. Y el mundo necesita milagros...los enfermos necesitan ser sanados y los muertos deben ser resucitados. Las almas están hartas de discursos motivadores, están cansadas de palabras de afirmación sin obras que las respalden...políticos, profesores, padres, hermanos e hijos habrán dicho tantas cosas y no actuado conforme a ello. Cuando nosotros hablamos en nombre de Dios y no hacemos conforme a lo hablado estamos nada más reforzando este sentimiento de insatisfacción, desilusión y tristeza que las personas ya traen en sus pensamientos, pero ahora haciendo que sobre Dios descanse esa culpa.

martes, 25 de septiembre de 2012

Las ovejas son de Dios

Están convencidos.

Tantos pastores creen que las ovejas les pertenecen. Están seguros de que son suyas y las grandes cosas que Dios ha hecho a través de ellos han resultado contraproducentes en este sentido, pues no les permite ver. Discursivamente hablan de "las ovejas del Señor" pero en las políticas internas, manejan a las ovejas como propias. Pienso que las ovejas son un flujo en continuo movimiento a través de muchos ríos que eventualmente caen en lagos pero no están destinados para permanecer en ellos. Si los lagos no permearan y atravesaran la tierra (llegando a senotes que desembocan en el mar) o se evaporaran y se convirtieran en lluvia, se convertirían en estanques muertos. Aún en los lagos hay un fluir. Los lagos no son permanentes. Los ríos son transitorios...finalmente todos caeremos en el mar...el mar de su presencia y su vida eterna. Mientras tanto, transitamos y nos movemos. Somos suyos y periódicamente algunos nos ayudan a encarrilarnos, nos cuidan de época en época, pero estas guías no permanecen, con las estaciones de la vida van cambiando. ¿por qué si alguien se va del país es justificable que una oveja emprenda su rumbo, pero cuando la oveja decide irse por oír a Dios entonces todo está mal? ¿por qué no simplemente permitimos que las ovejas transiten? Quizás no todo sea tan bueno y bonito como siempre nos lo han vendido...quizás hay intereses alternos y no tan afines a lo que Dios ha dicho.
En fin, no soy quien para juzgarlo, sólo sé que las ovejas son de Dios.

"4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios."
1 Corintios 3

miércoles, 19 de octubre de 2011

Ese sentimiento

En algún momento uno habrá sido, o será en algún punto esa persona, creo yo, de otra manera, por qué se topará uno en la vida con semejantes individuos. Aquella que es incapaz de reconocer los atributos de los demás a menos que estos sean menores que los suyos mismos (claramente, bajo sus propios parámetros). Aquella que tácitamente compite con sus semejantes, buscando sentirse mejor a expensas del mal ajeno o el extraordinario bienestar propio (y su respectiva presunción del mismo). El punto es que los demás no sean felices, no tanto ser del todo feliz. Aquella que tan pronto intuye oportunidad de éxito o beneficio de cualquier ser humano diferente a sí mismo, se lanza sobre ella, tratando de quitarla del camino del inicialmente bienaventurado. No es ni si quiera de si la oportunidad era conveniente para él/ella. De si la oportunidad respondía adecuadamente a sus necesidades. Puede que ni si quiera tuviese que ver con lo que buscaba (por decir algo, un rico que le quita al pobre el último par de zapatos que estaba en promoción en la tienda) sin embargo la necesidad de abarcar todo genera dentro de sí algún tipo de placer.
Es esa tristísima envidia, esa inseguridad propia profunda, esa incapacidad de enfrentarse contra sí mismo, sus defectos y cualidades, reconocerlos, abrazarlos, asumirlos, liberarlos.
Es la villana de Mean Girls. Es la Cruela de vil. Es la bruja de blancanieves y todos sus varientes, tipos, etc.
Es ese nefasto egoísmo. Ese cruel hedonismo. Esa triste sonrisa que cubre vacíos enormes. Es esa insensatez.
Se traduce en el bully, en la abusiva, el desgraciado de Señorita Laura, el que pierde en Caso Cerrado, el villano de todas las sagas de James Bond. Es otro de los malestares de nuestra sociedad.
Es la niña que todo lo tiene y quiere (y seduce) al novio de la compañera más pobre de su clase. Es la soltera guapísima que le baja el marido a la señora de 50 años. Es el mocoso rico y malcriado que le quita el carrito al hijo de la empleada. Es el David que se fija en Betsavé...y eso que era David.
Todos pasaremos por esa etapa en algún punto de nuestras vidas, el punto es superarlo, ¿no?