lunes, 4 de abril de 2011

Perdón

Creo que hay cosas que no sé decir, y la verdad sólo Dios sabe si en algún momento sabré. Tengo que reconocer que hay muchas cosas que hago para las cuales en verdad no hay justificación. Mi mejor argumento es mi crianza, y en verdad no lo creo válido, en primer lugar porque sería sumamente injusto achacarle mis fallas a mis papás, en segundo porque todos hemos sido criados, entonces no hay forma de que esa excusa me excluya sólo a mí de la responsabilidad de mis daños. Quizás sea tarde, quizás sea temprano, pero de cualquier manera, creo que es necesario y justo hacerlo ahora. La verdad, hay muchas cosas que hice mal y que ni si quiera sé como enmendar. Debo reconocer que he sido en verdad prejuiciosa, y juiciosa en el sentido literal de la palabra, el hablar mal de los demás a veces resulta tan sencillo, y uno no sabe la magnitud de sus palabras. Perdón por las veces que hablé mal de ti. Perdón por las veces que por mi falta de cuidado dije basura que te lastimó. Perdón por las veces que te hice sentir mal con algún tipo de indiferencia, a propósito o no. Perdón porque no te ayudé lo suficiente cuando necesitabas de mí, cuando te ignoré por algún parámetro ridículo de mi fantasiosa cabeza. Perdón por las veces que te contesté mal o fui majadera sin justificación, o con ella, delante de Dios no hay justificación…ni delante de la humanidad en general si nos vamos a esas.
Perdón por las veces que me burlé y te lastimé…recuerda que probablemente fue un método pirata de protegerme a mí misma de tanta cosa, pero pues no es justificación, por eso perdón. Perdón por las veces que te hice sentir menos, probablemente yo me sentía así y tenía que desquitarlo con alguien. Perdón por todo lo que he hecho, consciente o inconscientemente que te ha lastimado. Perdón porque a veces los silencios lastiman más que muchas palabras…
Perdón por complicarte la vida, por a veces no ser parte de tú solución sino de tú problema. Perdón por las veces que te mentí de tantas maneras. Perdón por las veces que ignoré que en verdad afectaba lo que te hacía. Perdón…perdón.
No es lo siento, no es discúlpame, es un honesto perdón. Perdón por todo lo que me faltó decirte…perdón.
Si hoy fuera a darle cuentas a Dios, quisiera que mínimo en mí no hubiera estado el pedirte perdón…y lo hago así porque mi memoria a veces me hace malas jugadas, pero sé que el dolor tiene muy buena memoria…y las ofensas una mejor, así que perdón.
No creo ser mejor ni peor que nadie, o bueno, para no hablar basura, quizás en algunas cosas me he creído peor y mejor que alguien…pero al final del día soy muy consciente de que en verdad no lo soy, si algo, que tampoco está bien, me he creído más bien no tan mejor…si me entiendes.
Si este perdón no te corresponde, ignóralo…si sí, pues qué bueno que lo lees! Es para ti! En verdad que sí!
Sé que Dios está haciendo cosas, y a veces esas no sólo me lastiman a mí, sino que a todos a los que me rodean. Si quieres hablar o algo, en verdad sabes dónde encontrarme…siempre hay tiempo para un buen café o algo así.