martes, 17 de agosto de 2010

Esta guerra


Pues finalmente entendí que todos estamos en medio de más de una batalla. La batalla más grande la libramos en un mundo del cuál tenemos poco conocimiento, sin embargo sus resoluciones, victorias y fracasos vivimos continuamente; construyen muchas veces nuestro presente y sientan las bases de nuestro futuro.
Ésta guerra, a diferencia de las demás que suceden en nuestro mundo, inevitablemente afecta a cada uno de sus habitantes. No sólo los afecta sino que trastorna sus vidas para bien o para mal por completo. Esta no es una guerra de tonos, es una guerra radical, toda negra o toda blanca.
En esta guerra no hay términos medios y la misericordia con el enemigo es nula, por ambas partes. Es una guerra de la cual eres actor o extra, pero a diferencia de las películas no sólo apareces eventualmente en el marco de la trama sino que te ves completamente afectado por las decisiones de los protagonistas.
Nuestro enemigo lleva siglos entrenándose, aprendiendo todo sobre el comportamiento humano, con capacidades de adivinación conseguidas por tanto poderes sobrenaturales como por casi conocimiento completo de nosotros. Es consciente de nuestros vicios, nuestros defectos, lo que no nos gusta de nosotros y probablemente a escrito cada una de las palabras que hemos pronunciado, en buenos o malos momentos, con el fin único de destruirnos con ellas mismas. A medida que decimos necedades él gana poder.
Es un enemigo muy astuto, sutil y aún más inmisericorde; su única meta es vernos tan destruidos y nulificados como sea posible.
Independientemente de que entremos o no en batalla con él, ya quiere destruirnos. No es de que hayamos hecho algo para ofenderlo, es que nuestra existencia misma lo incomoda, lo acongoja, lo fastidia, porque le recuerda su inevitable fin. El punto es que él ya nos odia y está en nosotros darle frente a la batalla que desde que llegamos a este mundo nos ha declarado o simplemente dejarnos llevar por las resoluciones que toma sobre nuestras vidas.
Fue concebido con mucho amor y fue lleno de sabiduría y belleza como ninguna otra criatura.
Su pecado fue la rebelión y es completamente imperdonable delante de los ojos de Dios.
Como su fin ya no tiene vuelta atrás busca llevarnos al mismo que él. Todo lo malo está en sus deseos y la perversidad en sus intenciones.
Ha enceguecido al mundo y lo seguirá haciendo durante un tiempo.
Odia profundamente la humanidad y está consiguiendo llevarla al punto máximo de su destrucción a través de ella misma.
Necesita de medios para moverse y muchos de nosotros nos hemos convertido en ocasiones en ellos.
Esta es una batalla en la cual participamos independientemente de nuestra decisión. La guerra está declarada y vivimos día tras día las consecuencias de esta resolución.
Puedes creer o no en ello, eso no hace que deje de pasar.
Puedes actuar o no en ella pero inevitablemente te va a afectar.

La canción "Soldado" de Juan Luis Guerra toma otras dimensiones...

Gracias Dios! Gracias Jesús! Gracias Espíritu Santo!

Bendice Señor a todo aquél que lea lo que escribo y abre su entendimiento a tus misterios, trae paz a su vida y responde esa duda que tanto lo molesta.

En el nombre de Jesús...

Amén